I feel climate change in my feet 👣

It might sound silly to mention the feet, but this year the cold is unusually intense for a Paraguayan autumn, which used to be practically the same as summer in terms of average temperatures.

I’m someone who tends to have cold feet, so I feel the temperature more intensely in that area, and this year I had to buy wool socks—the kind grandmothers used to wear!

It’s true that the climate follows patterns, and from time to time there are extreme weather phenomena. With El Niño and La Niña, we’ve had several years swinging between unusual droughts and floods.

But now, alongside climate changes, there’s a kind of desert-like climate added in—with cold mornings and nights even during summer, something that never used to happen, as it was hot 24 hours a day.

Other changes I’ve noticed include nearly hurricane-like winds that we’re now experiencing—something we didn’t use to see before the rise of large-scale agriculture and cattle ranching.

Climate change is a reality, because the world is changing. What once were lush forests are now soybean fields or pastures for livestock.

The expansion of urban areas has also led to the disappearance of trees and ecosystems that once regulated the rain cycle.

Without ecological balance, we can’t expect climatic balance—leading to disastrous consequences for everyday people.

My country is characterized by neglect in matters of public infrastructure, and no measures are being taken to mitigate the effects of a changing climate.

In the cities of Greater Asunción—which include the capital and its surrounding cities—going out during rainy days has become a life-or-death risk due to the large torrents of water we colloquially call “Raudales.”

Sadly, there have been multiple deaths caused by the rain and the lack of infrastructure to handle stormwater. These tragedies could have been avoided if cities had planned their growth.

I remember the first very prominent case of water-related tragedy in public space. It involved a Brazilian couple who were traveling through Paraguay by motorbike.

The lack of alerts and signage led the travelers into an extremely dangerous area during the rainy season. At a stream crossing with no protective barriers, they were swept away by the water’s current.

Several other cases have occurred since, yet the government still has not taken measures proportionate to the seriousness of the issue. Deforestation is allowed without restraint. Construction is permitted in areas that common sense would deem hazardous—like the banks of rivers—and many other decisions border on criminal negligence.

But ultimately, society as a whole is responsible for not demanding more respect for the environment—because in the end, this is the only planet we have to live on. And if we don’t take care of it, nature’s fury will harshly remind us that every action has a reaction.

Siento el cambio climático en mis pies 👣

Suena estúpido lo de los pies, pero este año el frío es inusualmente intenso para un otoño paraguayo, que prácticamente solía ser igual a un verano en cuanto a las temperaturas promedio.

Soy una persona de pies fríos, entonces siento la temperatura mucho más en esa zona, y este año tuve que comprar medias de lana, como las que usaban las abuelas!

Es cierto que el clima presenta patrones, y cada cierto tiempo suceden fenómenos extremos. Con el Niño y la Niña tuvimos varios años entre sequías e inundaciones inusuales.

Pero ahora se suma, a los cambios climáticos una especie de clima desértico, con mañanas y noches frías incluso durante el verano, algo que antes no sucedía, ya que hacía calor las 24 horas del día.

Otros cambios que he notado, son los vientos casi huracanados que solemos tener, y que antes de la entrada de la agricultura y la ganadería extensiva no solíamos tener.

El cambio climático es una realidad, porque el mundo está cambiando. Lo que antaño eran bosques frondosos, hoy soy campos de soja, o pasturas para ganado.

El crecimiento de áreas urbanas, también hace que desaparezcan árboles y ecosistemas que antes se encargaban de regular el ciclo de lluvias.

Sin el equilibrio ecológico, no podemos pretender un equilibrio climático, con consecuencias calamitosas para la población de a pie.

Mi país se caracteriza por una dejadez en temas de infraestructura pública, y no están tomándose medidas para mitigar los efectos de un clima cambiante.

En las ciudades de Gran Asunción, que son la capital y sus ciudades periféricas se ha vuelto un riesgo de vida o muerte el salir durante días de lluvia, debido a las grandes riadas de agua que nosotros coloquialmente llamamos "Raudales".

Se han registrado, lamentablemente varias muertes a causa de la lluvia, y la falta de obras que palien los problemas del agua de lluvia. Todas estas situaciones que se hubieran evitado si las ciudades planificaran su crecimiento.

Recuerdo el primer caso muy notorio sobre desgracias causadas por el agua en la vía pública, que afectó a una pareja brasileña que estaba realizando un viaje en moto por Paraguay.

La falta de alertas y señalización, llevó a los viajeros a una zona sumamente peligrosa durante los días de lluvia, y en una intersección con un arroyo sin barrera de protección, fueron arrastrados por el caudal de agua.

Además de ese caso han sucedido varios más, pero aún el Gobierno no toma medidas acordes a la seriedad del asunto. Se permite deforestar indiscriminadamente, construir en zonas que el sentido común indica que son peligrosas, como la vera de los cauces hídricos, y muchas otras cosas que rayan en la negligencia criminal.

Pero finalmente, la sociedad entera es responsable por no exigir un mayor respeto al medioambiente, porque al fin y al cabo, este es el único planeta que tenemos para vivir, y si no lo cuidamos, la furia de la naturaleza nos recuerda a las malas que cada acción conlleva una reacción.

---

🌍 Original language: Spanish
🔤 Translation: Microsoft Copilot
🎨 Image Generation: Microsoft Designer